viernes, 28 de noviembre de 2008

Disléxico

Tuvo que pasar la mitad de mi vida para enterarme que soy disléxico, no es ninguna justificación a mis torpezas pero cuando menos es un alivio saber que nos soy retrasado, me gusta mucho leer sin embargo encuentro todavía cierta dificultad en la lectura, mas joven, bueno… de joven aún ya en profesional batallaba muchísimo leer tanto así que hacerlo en voz alta me resultaba definitivamente vergonzoso no obstante tener el hábito de la lectura desde chico, no leía tanto como ahora pero si mucho mas que mis compañeros de clase. Escribir es otra de mis grandes dificultades ya sea a mano, a máquina o en la computadora, aunque bendito sea el que inventó las PC y el Word con su corrector de ortografía porque obviamente la ortografía es otro de mis puntos flacos. Hablar es otro problema, confundo palabras unas otras, las olvido.
Hipotético y (caray, llevo cinco minutos tratando de recordar la otra palabra) Metafórico son dos palabras muy útiles que olvido con frecuencia y tengo que buscar un sinónimo aunque no sea tan elegante.
He conocido la fuerza de las palabras y que mas importante que decirlas es como se digan.
La verdad la vida para el disléxico no es tan fácil pero tiene ventajas al desarrollarse otras cualidades donde no se tenga que seguir un orden estricto, donde no tenga que ver la derecha y la izquierda como en la pintura en la que muy poco me he aplicado.
Conducir auto es otra dificultad en tanto no logre uno mecanizar sus movimientos, en fin muchas cosas se nos dificultan a los disléxicos y es una pena que sea algo en los que tanto padres como maestros no tengan la preparación suficiente para detectar oportunamente en los niños.
En fin seguiré esforzándome por controlarla hasta el último día, como quiera ya escribí un libro y estoy en trabajando otros mas.
Escribir esta media cuartilla me tomó media hora no obstante tener una idea clara de lo que quiero decir, esto lo escribo para darles una idea de la dificultad que me lleva hacerlo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Consejos de un Tío a otro Tío

El tío Mito es un personaje muy particular, tiene 98 años y todos los días se toma un vaso de aguardiente.
El radica en un pueblo de la 'Cuenca del Papaloapan', en el Estado de Veracruz, de donde es originario, así que su vocabulario es característico del lugar. Un día me dijo: mira negro te voy a dar 10 consejos para que vivas bien, mírame a mi, estoy en la flor de la vida!
Y estos son los consejos del tio mito:

1.- Agradece por todo, dale gracias a Dios que estas, porque otra bola de pendejos, ya se los llevo la chingada!
2.- Cuando puedas comer, come, cuando puedas dormir, duerme, cuando puedas trabajar, trabaja y si aun puedes echarte de pedos, da gracias a Dios porque tienes salud!
3.- Si en la noche no puedes dormir, pues párate y ponte a hacer algo, porque si te quedas en la cama solo vas pensar pura pendejada!
4.- Los problemas grandotes, esos que son del mundo, mándalos a la chingada, no los vas a arreglar tu solo, deja que otros cabrones los arreglen, tu ocúpate de los chiquitos, de esos que están en tus manos, atiende esos, los demás al carajo!
5.- Si te dan, agarra, todo lo que te den tómalo, así sea un chingadazo o una bolsa de dinero, porque uno vive pensando que las cosas las genera uno, pero no sabes de que forma te llegan, asi que tu agarra y no te apendejes!
6.- No agarres lo que no es tuyo, ni el machete, ni el caballo ni a la mujer; lo ajeno respetalo, es de otro, cada quien tiene lo suyo!
7.- A lo que te dediques, hazlo con ganas, con muchas ganas y harto gusto, porque no sabes cuando te va a cargar la chingada!
8.- Cuídate de los cabrones, y cuídate de los pendejos, fíjate bien como son, conócelos y nunca seas como ellos!
9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes; cuantos cabrones que tienen todo el dinero del mundo están en el bote o pegados a un hospital; tienes algo mas valioso que es tu libertad, esa no tiene madre!
10.- Manda a chingar a su madre a la muerte, que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar y no seas tú el que se preocupe porque ya te va a llevar!

martes, 18 de noviembre de 2008

Del Señor de los Zancos


La esquina de la calle donde viví me llena de recuerdos, me refiero a donde hacen crucero las calles de Pascual M. Hernández con Xicotencatl, aquí en San Luis Potosí, ahí sucedía todo lo que en el mundo valiera la pena conocer, ahí vi a Bertha la Loca, Pancho loco, el Sr. De los Camotes, y el Sr. De los Zancos, por ahí pasaba el carro de sonido del Sr. Brieño que era el mismo Sr. De los Zancos, a él lo recuerdo aventando dulces o chicles Canels a toda la chiquillada que lo seguía con entusiasmo, en verdad era gigantesco, de ahí ha de haber sacado mi Papá la idea de confeccionar unos zancos para mis hermanos mayores, no eran muy altos, quizás ni siquiera un metro de alto y a mi me parecía difíciles de manejar y entonces ¿Cómo le haría aquel hombre para caminar trepado en tremendos zancos y sin agarrarlos con las manos?, sin duda la publicidad que manejaba funcionaba.
Con el paso del tiempo dejé de ver al Sr. De los Zancos y no supe mas de él hasta que leí a Federico Monjarás Romo en “El San Luis Que Se Va” ahí hace una reseña sobre el Sr. Brieño, que así se llamaba y mas tiempo después conocí a su hijo el Sr. Luis Abraham Brieño quien me platicó mas de lo que Monjarás narra en su libro y me facilitó algunas fotos de su Papá.

domingo, 16 de noviembre de 2008

De Pancho Loco



Recuerdo tan claramente a Pancho Loco como si aún anduviera por ahí, cuando pasa por la calle de Pascual M. Hernández tengo la sensación de que en cualquier momento lo veré caminar por la hacer sur de la casa donde nací. Pancho era un tipo pacífico aunque la muchachada lo sacaba fácil de sus casillas y no era raro escucharlo pegar una serie de improperios en gritos destemplados que de escucharlos ahora mas me parecerían gritos de miedo que de cólera, aunque en aquellos tiempos, cuando yo era niño me espantaban tremendamente, mi hermana mayor era de las pocas personas que lograban controlar a Pancho y cosa curiosa … Platicaban, no recuerdo de que pero platicaban. Pancho le decía Carmelita y se acercaba a ella afectuosamente como quien se dirige a una niña y le daba sus quejas. Carmelita se llamaba la hermana de Pancho, a quien este concedía autoridad, quizás por eso le decía ese nombre a mi hermana.
No se en que momento murió Pancho y ni siquiera cuando dejó de verse por las calles del barrio, (Barrio de San Miguelito) ni cuando quedó abandonada su casa, pero esta se cae, como se caen los recuerdos de tantas Casas, casos cosas y gente.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Un Milagro???


A lo largo de mi vida me han colgado muchísimos “milagritos”, algunos motivados con cierta razón pero eso no los exime de su falsedad y otros simplemente porque a alguien se le ocurrió expresar algo y al comunicarse de boca a oído encadenadamente no falta quien lo tome como cierto.
Pero hay un Milagro de a de veras que dicen que hice, (en el caso de que en verdad haya sucedido, yo estoy conciente de que el único que hace milagros es Dios), pues resulta que en unas vacaciones, de aquellas que pasábamos largas temporadas en la casa de la Tía consentida, hermana de mi Mamá, sucedió aquí un accidente de lamentables consecuencias, el autobús donde viajaba toda una familia de un muchacho que conocía por estar en mi tropa de Scouts, chocó contra otro, muriendo en el accidente dos hermanos suyos, quedando los sobrevivientes en un estado lamentable.
La cosa está que cuando me enteré fui a verlo de inmediato a la Beneficencia Española, que era la clínica donde estaba internado, me dijeron que estaba en coma, pero cuando entré a su cuarto él volvió en si como si nada, se incorporó medianamente y me saludó ante el asombro de sus familiares. Su tía Placida (que así se llamaba) dijo siempre que había sido un milagro.
Como cosa curiosa la Tía Placida, pronosticó su propia muerte, un día llamó a todos los sobrinos y les pidió que se pusieran a rezar porque en ese momento ella iba a morir… y se murió.
De todos los milagros que me han colgado (ninguno cierto) este es el único que me agrada contar.

jueves, 13 de noviembre de 2008

De Cine y Esas Cosas

Tocando el tema de algunos cines en el Blog de Casas Casos Cosas y Gente, no pudo desprender de mi memoria aquellas amplias salas de nuestros cines, los matinees que ya olvidé como se escribia pero eran las funciones matutinas de los domingos, generalmente con clasificación “A” para todo público, que mas bien eran infantiles, y las mas comunes eran las del cine Avenida, en el cine Othón comenzaban las proyecciones desde la mañana o medio día, en todos los cines era programa doble y además aquello de función corrida, que traducido en otros términos, permanencia voluntaria, por lo que podía uno llegar a la primera función ver las dos películas y si le quedaban ganas de volverlas a ver, simplemente se quedaba uno sentado en su lugar y ni quien lo molestara, además bien podía llevar su lonche o comprar una buena dotación de semillas de calabaza, que les decíamos pepitas y entretener la lombriz durante buen rato.
Mi hermana mayor se acuerda que en alguna ocasión (yo debí estar muy chico) que mi Papá andaba de viaje de trabajo, mi Mamá preparó una buena cantidad de tortas y nos fuimos al cine y estuvimos dos programas completos, otra que si recuerdo es que fuimos al cine mis hermanos mayores y yo, (al Othón) a balcón para ser mas precisos y entramos para la primera función doble y continuamos ahí, creo que era unas películas del Zorro y cuando comenzamos a sentir hambre fuimos a la dulcería desde donde se podía ver la calle, yo me asomé por el enorme ventanal y cual sería mi sorpresa que ya era de noche y mi Papá estaba parado en la acera frente al cine, eso fue suficiente para darnos cuenta que nos habíamos excedido en el permiso y salimos muy espichaditos a encontrarnos con el Jefe. Yo he de haber tenido unos cinco años a lo mucho.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Mi primer acontecer trágico


No puedo decir que mi vida esté plagada de tragedias, las tragedias que he vivido ni siquiera han sido mías, pero hay cosas que suceden en diferentes etapas de la vida y según en cual resulta trágico o no, dependiendo de la capacidad que nos da la experiencia para dimensionar en su justo tamaño las cosas.
No se desde cuando estaba en la casa, sólo recuerdo que cuando tuve uso de razón ya estaba ahí, era un maltés negro, tuerto, feo quizás pero era parte de mi entorno, parte de mi familia, parte del todo que llenaba mi necesidad de pertenencia.
Hoy al subir al blog de Casas Casos Cosas y Gente algo relacionado al transporte urbano en autobuses, vino a mi memoria en esos curiosos destellos que tiene la mecánica del recuerdo, la vez que abordamos un autobús mi madre y yo seguidos por el Cady que así se llamaba el perro, era cotidiano salir a la calle con el perro a un lado y según parece no era la primera vez que se subía con alguien de la familia a un camión, pero esa vez ya no bajó, a pesar de que mi mamá lo llamaba, corrimos hasta la siguiente parada pero nada y una angustia muy grande comenzó a adueñarse de mi, nos subimos a otro autobús, fuimos hasta la Terminal de esos camiones y nadie supo dar razón del perro, regresamos a la casa en Pascual M. Hernández, sólo quedaba esperar que el perro regresara y pasaron los días, las semanas los meses y los años y todavía no puedo entender como de repente perdí algo que parecía siempre estaría ahí conmigo. A mas de cincuenta años lo sigo extrañando y no se por que.

viernes, 7 de noviembre de 2008

De Manuel Hernández Muro


Hacia 1960, la descalcificación comenzó a hacer algunos estragos en mi Madre, ella había tenido una caída de caballo en su adolescencia y a ello culpaba que la cabeza del fémur se saliera de su lugar, yo recuerdo acompañarla al mercado y en una ocasión de regreso, se paró intempestivamente, se recargó a la pared y cuando la ví, estaba pálida y un gesto de dolor en su rostro, cuando le pregunté que le pasaba simplemente dijo que nada, que ya le pasaría. Este tipo de accidentes le acontecieron mas seguido y la cabeza del fémur se fue gastando, mi Madre era poco dada a quejarse, y cuando lo hacía era porque el dolor le resultaba definitivamente insoportable, y al llegar a estos niveles fueron a ver médicos, los primeros sólo le daban analgésicos hasta que llegaron con el especialista que ordenó placas y estudios, para concluir que el problema no tenía solución y su diagnóstico era que en poco tiempo estaría confinada a una silla de ruedas.
Mi Madre contaba que aquello había sido como la peor de las sentencias, como si el mundo se derrumbara de un solo golpe y le platicó a su hermana, mi tía Chole, que siempre fue persona de determinación y que nunca se quedaba con un no como primera respuesta. Conminó a mi madre a seguir buscando otras opiniones y buscando en los mejores del país dieron con un especialista del que se hablaban maravillas en la ciudad de México y allá van; el médico en efecto confirmó el diagnóstico del ortopedista potosino pero dejó ver una luz, se comenzaban a hacer unas operaciones injertando partes de hueso cadavérico y había la posibilidad de reemplazar de este modo la cabeza del fémur, pero aquel médico nunca había realizado una intervención así y tenía que consultarlo con su maestro —¿y quien es su maestro?— le preguntó mi tía —El Dr. Manuel Hernández Muro— preguntó mi tía que donde lo encontraban y el medico le dijo que en San Luis Potosí.
Así llegaron al consultorio del Dr. Hdz. Muro quien después de ver placas y demás estudios le dijo que era candidata para un injerto de hueso, pero había otro problema, mis padres no tenían recursos para financiar la operación y antes de saber cuanto costaría mi tía intervino —Mire doctor— le dijo —suponemos que sus servicios deben ser muy caros y mi hermana no tiene recursos para pagar, su esposo es oficinista ferrocarrilero y viven al día— El doctor no dudó mucho y le preguntó si tenía servicio médico en la clínica del ferrocarril, lo cual era afirmativo —Mire, conozco el quirófano de ese hospital, pero no tienen el equipo que yo necesito, que les parece si ustedes pagan el flete de mi equipo y yo la opero allá— así se hizo, la operación duró ocho horas y mi madre tenía que estar enyesada durante seis meses y todo ese tiempo el Dr. Hernández Muro la atendió sin haber cobrado mas que la mudanza de su equipo.
¡¿Como agradecerle ese gesto de bondad?!

jueves, 6 de noviembre de 2008

Tranvías


Eso de los tranvías es algo que siempre me ha llamado la atención, la únicas veces que me he subido a un tranvía fue en los viajes a Tampico en la década de los sesentas , lo abordábamos cerca de la estación y nos llevaba hasta ciudad madero, prácticamente en la playa, la armazón era de tiras de madera, igual que los asientos me gustaba su suave traqueteo al correr y el rechinido y ruido del maderamen, ruidos muy peculiares, me gustaba mas que viajar en tren que también tenía lo suyo.
En la fotografía que he encontrado para ilustrar este pasaje se pueden ver (con un poco de buena voluntad) los tres tipos de tranvía que hubo en San Luis, los de mulas, los primeros eléctricos y los últimos grandes eléctricos también, de ellos lo único que recuerdo son las vías que asomaban del asfalto en derredor del jardín de San Juan de Dios o jardín Escobedo y me preguntaba como habría sido San Luis con tranvías y por que los quitarían, cuarenta años después supe la razón.

martes, 4 de noviembre de 2008

De la Michelada y Michel


Desde hace ya dos años vengo colaborando con el noticiero de la mañana que transmite el 6.20 de A.M. que goza de buena audiencia. Regularmente grabo mis comentarios el día Jueves de cada semana y los transmiten los lunes y viernes entre las 8 y las 8.30 de la mañana, un día se me ocurrió grabar uno sobre “La Michelada” basándome en la leyenda que muchos conocíamos de que en una reunión de amigos estaba un muchacho de apellido Michel, parientes de León Michel, y que sólo había cerveza para tomar y como a él no le gustaba mucho el sabor de la cerveza, la tomó con hielo y agregó limón sal y salsa embotellada, que al principio los asistentes vieron aquello como una asquerosidad pero que después de probarla les gustó tanto que comenzaron a pedir a su creador que les preparara una de esas “micheladas”, pues resulta que no había terminado de transmitirse el comentario cuando llegaron varias llamadas diciendo que no era así la historia que el inventor de la michelada había sido Michel Esper y entre las personas que llamaron estaba un mesero que llegó a atender a Michel en el Bar del Bosque del Hotel Valles y algunos amigos del creador.
Me puse en contacto con el exmesero que ahora es mecánico y me platicó que él había estado presente cuando Michel Esper se sirvió la primera “Michelada” busqué algunos amigos del ing. Esper y me informaron que vivía en la Cd. De Monterrey N.L. pero que venía esporádicamente a San Luis, cosa de una semana después me llamó Roberto Naif Cury para decirme que Michel Esper estaba en San Luis y que lo podía encontrar en un restaurante de comida mexicana llamado Chipitongos, sobre Av. V. Carranza, le pedí que concertara una cita y a la vuelta de escasa media hora me dijo que Esper me esperaría a las 6 de ese día y así fue como conocí al creador de la Michelada, bebida que se sirve ya en la mitad del mundo.
De cómo y donde la creó se puede leer en Casas Casos Cosas y Gente

lunes, 3 de noviembre de 2008

Sobre el Secuestro del Dr. Hernández Muro


El Heraldo 20 de Abril de 1976
Aún no Liberan a Hernández Muro
El famoso torero potosino Curro Rivera es espera-uo de un momento a otro en esta ciudad. Viene a una reunión con banqueros y prominentes personas que tienen intención de ayudar al rescate de su amigo, el doctor Hernández Muro.
Curro toreó el domingo pasado en Ciudad Juárez, de donde salió a la ciudad de México a arreglar asuntos urgentes, y al enterarse de que su amigo, el doctor Hernández Muro permanecía secuestrado, decidió venir a San Luis a la brevedad posible.
Hasta anoche, el prominente médico continuaba en poder de los plagiarios. La familia no había recibido otro comunicado. El último citaba como cifra del rescate la exorbitante suma de diez millones de pesos, fuera del alcance —como hemos informado— de la familia del plagiado.
Entrevistado sobre la situación el señor Claudio Brunn, yerno del profesional Hernández Muro, expresó que Su familia está evaluando sus recursos y tratando de reunir lo más que se pueda para rescatarlo.
Se le preguntó si no han pensado en la posibilidad de que los amigos del cirujano ayuden al rescate, y con testó que no lo han hecho aún.
También se le preguntó si no han picaneado organizar algún 'evento taurino para reunir dinero aplicable al rescate, y expresó que eso tardaría mucho más tiempo del que los secuestradores han fijado. Pero no negó eme en el futuro pudieran hacerlo.
Ayer se recibieron en la redacción de este Diario; llamadas telefónicas de personas que expresan su indignación por el secuestro del doctor Hernández Muro, hombre dedicado al ejercicio de su profesión y a su afición a los toros,
El joven Adrián Rene Contreras, dirigente ¡ocal da Scouts de México, se presentó a EL HERALDO al enterarse de la situación del doctor Hernández Muro.
Adrián Rene Contreras, expresó que está dispuesto, sí es posible, a entregarse a los secuestradores a cambio de que dejen libre al doctor Manuel Hernández Muro.
El valiente joven manifestó que está agradecido con el doctor Hernández Muro porque con una intervención quirúrgica delicada le salvó la vida a su madre.

Hata aquí la nota periodística, la realidad es que el Dr. Hernández Muro le realizó a mi Mamá una operación que nadie se atrevía a hacer, y la atendió durante seis meses, sin cobrar un solo centavo por sus servicios.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Arlette Terán y Yo

Yo se que pocos, muy pocos pueden presumir como yo que he tenido a Arlette Terán en mis brazos, si, la guapísima actriz de los hermosos ojos azules.
La verdad es que cuando la tuve en mis brazos no sabía a ciencia cierta que se trataba de ella, simplemente sus ojazos azules me cautivaron y algo debió ver ella en mi que cuando le tendí los míos simplemente fue a mi, se recargó en mi pecho y me permitió acariciar su cabeza con ternura, ella estaba cumpliendo un año de vida.........................................................................

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sábado, 1 de noviembre de 2008

33 Aniversario de Canal 13


Dicen que recordar es vivir, pero en lo personal tengo muy claro que lo pasado, pasado está.
Hoy estuve en Canal 13; desde hace días me había llamado José Luis Báez para invitarme a participar en un programa especial con motivo del 33 aniversario y como soy fundador indiscutible del Canal al aire, pues me tocaba estar ahí.
Todavía el miércoles de esta semana me llamó “Chopos”, que así le decimos al Lic. Báez Director de Producción de Canal 13 y una vez confirmada mi asistencia me dijo —Oye Adrián, ¿Te puedo pedir un favor?— y como no es de los que andan por ahí pidiendo dinero prestado, le dije que si —Te puedes traer a Garraspatín? — y no me quedó otra que aceptarlo.
Garraspatín es un muñeco que se hace sobre la mano con un paliacate, que hice un día en el programa Scout que fue el primer programa transmitido en prueba y el primer programa grabado en transmisión oficial y que se hizo tan famoso (el muñeco) que se creó un programa para él solito, bueno para mi manejando el muñeco que casi a la vuelta de dos años se convirtió en una pesadilla para mi, pero ya les contaré en otra ocasión.
El asunto es que cuando llegué al canal me entró una especie de pánico escénico me sentí engentado, todos me trataban bien pero yo no podía deshacerme de esa extraña incomodidad, afortunadamente fui casi de los primeros en pasar (había mas invitados) y presenté al muñeco, salió bien todo, la verdad es que no sentí vivir aquellos tiempos. Mi programa fue el mas visto en San Luis Potosí, los niños todos lo querían pero acabó por despersonalizarme públicamente (por decirlo de algún modo) para empezar era algo que yo quería hacer simplemente como diversión y lo hice bien, tan bien que una gran mayoría de la gente piensa todavía que eso es lo único que se hacer y he hecho en mi vida, llegué a dominar la ventriloquia mejor que muchos profesionales, sin embargo aquello no fue un proyecto de vida para mi, me hizo muy famoso (popular mejor dicho) y no me gustó, el público es un monstruo siempre, no sólo cuando está de espectador.